Segunda parte en Salónica

4 años ago
Andreína Pérez
767

Nada como el erasmus en Salónica

Por Enrique Puertas

Otro lugar interesante y moderno de Salónica, y en medio de las tres calles anteriormente mencionadas es la Plaza Aristotelous, en cuya parte superior, desde Agiou Dimitriou hasta Egnatia podemos distinguir numerosas ruinas rumanas, así como la estatua en honor a Eleftherios Venizelos, uno de los políticos más importantes de Grecia que gobernó a principios del siglo pasado. Pasando la calle Egnatia  y pasando por Tsimiski nos encontramos con un lugar inmenso rodeado de modernos edificios, entre los que se encuentra probablemente uno de los hoteles más lujosos de la ciudad y, finalizando la panorámica del lugar, unas vistas maravillosas del mar acabando la plaza en el paseo marítimo.

Al margen del Caos que pueda encontrarse en la ciudad, con coches y gente por todos lados, es apreciable la “agridulce” hospitalidad de su gente. Gente cuyo ritmo de vida es muy relajado, siempre café en mano. Imprescindible hacerse amigo del regente de una taberna griega y disfrutar de su música en directo, tal y como sucede en la Taberna Matzore. En los primeros días que no sabíamos que hacer, entramos en este lugar y, literalmente “flipamos” con perdón de la expresión. En un ambiente nocturno con música típica griega, con artistas diferentes cada día, acompañado de una fresquita cerveza Alpha, un tabernero de poco más de 50 años bastante simpático que nos hablaba en italiano, y personas bailando encima de las mesas al ritmo de la música.

La universidad en Salónica

Lo que más me llamó la atención fue el estado de la universidad allí. Salónica cuenta con tres principales centros de formación universitarios (de ámibito público): la Universidad aristotélica de Salónica, el Instituto Tecnológico Educativo Alexander (ATEITH) de Salónica y la Universidad de Macedonia. Recuerdo asistir a alguna tutoría con algún profesor y encontrarme las clases y los pasillos llenos de pintadas, seguramente algunas de ellas reivindicando algo, alumnos jugando al fútbol en pleno pasillo mientras los profesores pasaban delante de sus narices, etc. Además, es una zona prohibida para los cuerpos de seguridad griegos, y la seguridad privada de la universidad no tiene mucho que hacer frente a actos como venta de drogas en el interior, a última hora de la noche. También era muy agradable la rapidez (ironía) con que se llevaban los asuntos burocráticos.

Por supuesto nos fuimos adaptando a las costumbres griegas, y muchas tardes acudíamos a un café a jugar al Tabli griego. Un juego un poco extraño pero que acabó amenizando nuestros momentos de aburrimiento, y acudimos a presenciar el gran ambiente griego de los campos de fútbol de la mano de PAOK y Aris, en un estadio en el que se podía presenciar un graderío enloquecido y mucho fuego (literal) junto a bengalas dentro del estadio. Si algún curioso recuerda el presidente del PAOK fue aquél iluminado que salió al centro del terreno de juego con un arma en el bolsillo a recriminar al árbitro decisiones arbitrales. Como curiosidad, allí no pitan árbitros griegos, por riesgo de amaño de partidos.

Deportes en Salónica

Como buen amante jugador de fútbol, acudí a jugar a un equipo de un pueblo cercano, rodeado de montañas llamado Agia Paraskevi (San Viernes en español), en entrenamientos donde solo hablaban en griego y solo entendía la palabra “Diagonal”. Notifiqué varias diferencias en su forma de jugar respecto a España, y lo adelantados que estamos respecto a nivel futbolístico puesto que, siendo fiel a su tradición relajada, una presión alta permitía robar arriba balones muy sencillos.

Al margen de deporte, cabe destacar la zona de Ladadika como principal zona de ocio nocturno, con numerosos bares y discotecas para los jóvenes griegos, quienes no dudan en ponerse bien elegantes para mostrar su capacidad adquisitiva (esto lo han confirmado griegos de allí). También es una zona de ocio, aunque más chill, los bares de la zona del paseo marítimo, idílico para disfrutar de una copa a la luz de la luna reflejándose sobre el mar.

¿Qué comer?

Como gastronomía, se pueden destacar los principales platos griegos, como la famosa moussaca, mis preferidos souvlaki (pinchos morunos), la salsa del mal aliento tsatsiki, compuesta de yogur griego y pepino, gyros, que es algo similar a un kebab pero con pan estilo pita y, como no, el (verdadero) e inconfundible yogur griego. Como bebidas singulares de aquí se pueden distinguir la retsina, bomba de alcohol similar al vino blanco español, el tsippouro, cuyo sabor me recordaba al aguardiente de orujo, raki, similar al anís, o ouzo, licor con un fuerte sabor a regaliz. Se puede deducir cómo acababan las noches.

Dicho esto, os animo a que visitéis este precioso lugar, porque estoy seguro de que enamorará vuestros corazones no por su apariencia, sino por la belleza de su esencia.

 

 

 

Autor: Andreína Pérez

Deja una respuesta

1 comentario