Segunda parte: Blagaj y Pocitelj

4 años ago
Celia Navas
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Blagaj, el nacimiento del río Buna

Como mencioné antes, en el anterior post, contratamos un tour para ver los alrededores de Mostar. Es una ciudad que me parece preciosa. Pero es muy pequeña y en un día se puede visitar entera. Por esta razón, quisimos aprovechar para ver qué más tenía que ofrecer esa zona de Bosnia.

El tour, que contratamos allí y creo que nos costó unos 30 euros. Incluía el transporte en coche a las cataratas de Kravica. También, el antiguo pueblo de Počitelj, Blagaj Tekke y la montaña Hum y una guía que nos explicaba los distintos lugares, en inglés. No encontramos una opción en castellano. Pero, si tienes al menos nociones básicas de inglés, creo que merece la pena este tour.

Comenzamos la aventura

La primera parada fue Blagaj, el lugar de nacimiento del río Buna, que se encuentra a unos 15 minutos en coche de Mostar. Se trata de un pequeño pueblo, con un importante monumento de la primera época otomana del país.

El río Buna, afluente del río Neretva que atraviesa Mostar, es un río ecológicamente limpio y de aguas frías, turquesas y potables. Se desconoce el origen del río, pues la cueva de la que parte en Blagaj es tan profunda que se prohibió el acceso a los buzos, tras varios accidentes. El nacimiento de este rio continúa siendo un misterio.

Es un rincón natural inigualable, que incluso enamoró a los conquistadores llegados de Oriente, que mandaron levantar allí una tekija (casa-monasterio) para el retiro espiritual de los derviches, miembros de la comunidad sufí. Esta tekija data del siglo XVI y se ubica a los pies de una pared rocosa de 200 metros, que se levanta sobre la gruta de donde sale el agua turquesa del Buna. Esta casa-monasterio, que sigue siendo un espacio de culto, es uno de los lugares más místicos en toda Bosnia y Herzegovina y uno de los monumentos culturales e históricos más importantes del país.

Pocitelj, pintoresco y casi desierto

Camino hacia la frontera croata se halla la pequeña aldea de Počitelj, encaramada a una colina pegada al río Neretva en su camino hacia el mar Adiátrico. Durante siglos, este pueblo fue un enclave estratégico para el control militar de la región, pero su posición perdió interés cuando este territorio pasó a formar parte del Imperio Austrohúngaro en 1878.

Actualmente está prácticamente deshabitado: durante la ahora en la que estuvimos allí, apenas vimos a algunos comerciantes, la mayoría de edad avanzada. La guía nos explicó, además, que muchos ni siquiera viven allí, solo van a vender sus productos, mayormente frutas.

Conserva la distribución y arquitectura del periodo otomano y, aunque sufrió muchos daños en la Guerra de Bosnia, todavía se pueden ver las viviendas y templos originales, de estilo oriental. Sus edificios más característicos son la mezquita Hadži Alijina, construida en 1562, la torre del reloj Sahat Kula, el hamman o baños turcos y las escuelas Madresa y Makteb.

En lo alto, presidiendo el pueblo, están las ruinas de la fortaleza Utvrda, destruida durante la guerra de los Balcanes. La torre octogonal de la misma, la torre Gavrakapetan, se encuentra en buen estado. Desde allí, hay unas preciosas vistas del río, el valle y todo el pueblo.

Autor: Celia Navas

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