En el interior del estado de Ceará está ubicado un lugar fuera de lo común. La Vila de Jericoacoara (situada a 300 km de la capital Fortaleza) es uno de los municipios más turísticos de la región nordeste de Brasil y atrae a millones de personas todos los años. Los viajeros, que suelen ser turistas amantes de la naturaleza, pueden admirar un pueblo único que está hecho de arena.
Todas las calles y esquinas de «Jeri» (apodo cariñoso dado por los habitantes de allí) están cubiertas por arena. Los coches ven complicado su acceso, por lo que la vida urbana es muy diferente a la de la ciudad, ya que requiere coches adaptados a este ambiente singular. Los automóviles convencionales corren el riesgo de quedarse atascados por los factores climáticos que afectan a esta zona.
En mi aventura, para conocer el «paraíso cearense» cogimos un vehículo 4×4 (todoterreno) en una gasolinera en el municipio Jijoca de Jericoacoara. Las empresas de viaje también suelen garantizar el transporte en furgonetas o coches especializados.
Desde allí, los conductores te llevan por unas calles sin asfalto que pasan por el Parque Nacional de Jericoacora. Un viaje rápido de 30 minutos en lo que puede sentir poco a poco el sentimiento de alejarse de las grandes metrópolis.
Llegar a la Vila de Jericoacoara es como entrar en una película. Casas de planta baja, hechas de madera, habitantes hospitalarios, vida tranquila y sin prisa. Es el sitio perfecto para relajarse en unas vacaciones con la familia.
Relajar. Verbo obligatorio para todos los mochileros que están de paso por «Jeri». Esto se debe a que son innumerables los paseos que puedes hacer por la zona, que están divididos por la parte este y oeste del pueblo. Aquí en Never Unpack te sugerimos los mejores.
Jericoacoara está construida al lado de una playa infinita, que nada más es que kilómetros de arena que convierten este lugar en un paraíso. Con arena blanca y aguas cristalinas, es el paseo ideal para aprovechar el sol y el baño en el océano Atlántico. Es uno de los pocos lugares de Brasil continental donde se puede aprovechar una puesta de sol de las más increíbles del noreste brasileño que he visto.
Cerca del pueblo de “Jeri”, también, pueden disfrutar de las dunas que componen este paisaje desértico, como un oasis en medio de la nada. Para acceder hasta allá, los turistas pagan para que los “bugueros” (los conductores de los buggy) se lo lleven a estos verdaderos paraísos. Este es el momento para relajar en las hamacas que están dispuesta para los que visitan las lagunas. Siéntate, coge una bebida y descansa que nos queda mucho por ver.
Las Lagunas son unas de las especialidades del estado de Ceará. Y en la zona podrás encontrar centenas de excursiones a sitios donde puedes bañarte, tomar sol y comer algo.
El buggy es el principal medio de trasporte en la región. Esto se debe, a que todo está hecho en arena. Pero, también, se puede hacer un paseo en caballo y aprovechar la puesta del sol.
Se avecina la noche y la ciudad no para. Aunque está apartada de los grandes centros urbanos, Jericoacoara ofrece a sus turistas diversas opciones nocturnas. Para las personas que les gusta la fiesta, están algunos bailes de forró o samba. Y para los más tranquilos, muchos bares ofrecen música en directo y un ambiente súper agradable para cenar. Cada noche hay algo nuevo y animado que sorprende a todos los visitantes.
Aquí va una lista de sitios que no te puedes perder de Jeri: