Quizás les ha pasado como a nosotros. Siempre hemos ido a Tenerife cuando vivía en La Palma ya fuera en semana santa, verano o puentes festivos. Pero creo que hacía mucho tiempo que no lográbamos juntarnos todos (nos faltó mi Nahemita) para ir de viaje. Entonces para mí fue doble ilusión.
Hay historias que empiezan mal, y quizás esta era una de ellas. Un viaje que parecía ser un fracaso desde el primer día, pero que al final fue todo lo contrario. Y así fue como el destino, los caprichos del volcán y en sí mi subconsciente me llevarían unos días a Tenerife empezando por La Laguna. Un viaje que me ayudó en parte a reencontrarme con mis raíces, a recordarme que siempre están ahí, que no es que lo olvide, pero anda lo que se extraña el hogar.
Tenerife y sus secretos «… a través de las olas del mar profundo llegaron a la hermosa isla de los dioses, allí donde las Hespérides tienen su casa de oro» (Gerioneida de Estesícoro). La luz dorada del atardecer mimando las olas. El alisio anidando en mi pelo. La gente, visiblemente relajada, apurando hasta la última hora...