Sinaia: una pequeña joya de Rumanía

2 años ago
Stefania Georgescu
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Day Trip a Sinaia

Rumanía es conocida mundialmente por su leyenda del Conde de Drácula y el misterio que desprende Transilvania. Lo que muchos no saben es que este país tiene muchísimas más joyas que merecen la pena descubrir. Si te apasionan los deportes de nieve y quieres respirar un poco de aire fresco, sigue leyendo porque este post es para ti: Sinaia allá vamos.

Este day trip surgió de forma improvisada cuando estaba de vacaciones en mi país natal. Decidimos hacer una pequeña escapada en familia para redescubrir juntos uno de los rincones más idílicos del país, Sinaia. Este lugar es una pequeña ciudad situada en las montañas Bucegi. Es conocida por su monasterio, castillos y los deportes de nieve que ofrece

El viaje comenzó con un buen madrugón, nos levantamos a las 4:00 am sabiendo que nos esperaba un largo camino en coche y posibles atascos. Nuestra primera sorpresa del día fue a los pocos minutos de despertarnos: la primera nevada del invierno ya estaba allí. Eso se tradujo en vestirnos con un sinfín de capas para no congelarnos. Uno de los mejores consejos que puedo dar es que os abriguéis mucho. Aunque el pronóstico diga que no va a hacer tanto frío, no os fieis.

Sinaia Romania aerial footage 4K DJI Mavic Pro – Emanuel C

¿Cómo ir?

Desde Bucarest a Sinaia se puede ir de varias formas: autobús, tren o coche. Recomiendo alquilar un coche si tu intención es visitar más zonas del país. Quizás es el medio más rápido, pero hay varias conexiones desde Bucarest a Sinaia. Nosotros tardamos aproximadamente 3 horas en llegar (sin atascos ni complicaciones) porque partimos desde la zona sureste del país. 

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¡Que comience la aventura por Sinaia!

Al llegar, nuestra primera visita fue al Monasterio de Sinaia, formado por dos patios, dos iglesias ortodoxas y un museo. Una de ellas, Biserica Veche, fue fundada en 1695 por el príncipe Mihail Cantacuzino tras su peregrinaje al monte Sinaí, Egipto. Estuvo cerrada durante 2006 y 2016 debido a la deterioración de sus pinturas tras un incendio. La otra iglesia, Biserica Mare, fue construida en 1842. Visitamos por dentro la Biserica Mare y justo en ese momento había misa. No estoy segura si se podían hacer fotos por dentro, pero por respeto a la misa simplemente observamos un poco el interior. Antes de irnos, compramos unas velas para encenderlas en una de las casetas del patio. 

Tras esta visita, andamos por el bosque en dirección al castillo que íbamos a visitar. En nuestro camino nos encontramos con varios puestos: vestidos tradicionales, imanes, cubiertos de madera, productos de lavanda, música en directo… Un paraíso para los amantes de los productos artesanales. Las vistas eran espectaculares, un sinfín de abetos rodeaban nuestro camino y todo estaba cubierto de nieve. Era como ver una película clásica, apenas se diferenciaban colores y todo parecía haber pasado por un filtro de blanco y negro. Cuando llegamos a la cima de la cuesta que estábamos subiendo, me sorprendí aún más al ver de frente el Castillo de Peles.  

Datos curiosos sobre nuestra ruta

El Castillo de Peles fue construido en 1914 como casa de verano de los reyes, en concreto, para la familia de Carlos I de Rumanía e Isabel de Wied. Lo visitamos por dentro y la verdad es que su decoración y jardines nos dejaron sin palabras. Si el inglés o rumano no es vuestro punto fuerte, se ofrecen visitas guiadas en distintos idiomas. Por dentro está prohibido hacer fotos de cualquier tipo, pero venden packs de fotos y vídeos. Lo recomiendo si no queréis que os llamen la atención. Yo lo descubrí tarde, después de hacer 293848394 fotos y el personal de seguridad se cabreó bastante.

Después de la visita al castillo paseamos por los alrededores con un café para entrar un poco en calor. Yo a esas alturas ya ni sentía los pies del frío. Por el camino nos encontramos con el castillo Pelisor, un edificio único que fue construido para la familia real. Durante la época comunista, fue el hogar de numerosos artistas, músicos y escritores afines a la dictadura. Hoy es considerado el único museo de art nouveau de Rumanía. No llegamos a verlo por dentro pero lo poco que vimos por fuera nos dejó boquiabiertos.

Volveremos sin duda

A esas alturas ya estábamos hambrientos y nos paramos en uno de los restaurantes de la zona. Si vas a Rumanía es imprescindible que comas ciorba, una sopa típica y probablemente sea la mejor que vayas a comer en tu vida. Esta sopa se suele tomar como primer plato y es buenísima para entrar en calor. El restaurante al que fuimos tenía distintos tipos de ciorba y la elección fue un poco difícil. Si no sabéis qué pediros, dejaos llevar por las recomendaciones de los camareros, seguro que acertarás.

En Rumanía se come mucha carne y no siempre hay opciones veganas/vegetarianas. Busca con antelación dónde comer si tienes algún tipo de restricción alimentaria.Nuestro viaje finalizó con una breve escapada a una pista de ski cercana, aunque solo nos tomamos un vino caliente mientras contemplábamos las vistas. Fue un day trip memorable en el que me di cuenta de los rincones únicos que tiene mi país. Es un lugar para visitar en cualquier estación del año. Sin duda, volvería ahora mismo.

Autor: Stefania Georgescu

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