A este maravilloso lugar fuimos a quedarnos de coincidencia, porque como había comentado en el post de Costa Amalfitana, nuestra idea era quedarnos en Vietro sul Mare. Sin embargo, el destino y lo económico que era quedarnos en Salerno, hizo que este fuera nuestro destino. Y sin lugar a duda mereció la pena. Tener el mar tan cerca, supermercados, mil sitios de comida super barata, las calles, etc. Salerno, espéranos que volveremos.
Tras unas horitas de coche, tras salir de Roma, llegamos a nuestro destino. Al principio nos preocupamos, porque habíamos alquilado un apartamento y la persona que nos tenía que dar la llave no contestaba. Todo esto en italiano, y mira que llevábamos casi un año en Italia, y el chico lo que es hablar italiano fácil… bueno… Pero lo bueno es que tenía bastantes aparcamientos, era baratísimo, enorme el piso y teníamos de todo cerca. Además, al final nos hicimos amigo del chico, y nuestro consejo, fíjense siempre en Booking en Italia cuando cogen sus pisos, porque siempre les sorprende.
El primer día no nos complicamos, así que fuimos a comprar y a descansar después del pedazo de viaje que habíamos hecho. Y, sobre todo, organizamos según el tiempo, que la verdad que no acompañaba del todo. Queríamos ver muchos lugares y teníamos solo 5 días. Parecía misión imposible, pero vamos, que luego nos dimos cuenta de que con el coche todo estaría resuelto. Ya les digo, prácticamente en un día pueden verse toda la costa amalfitana. Y dejar un día para Sorrento y otro para Salerno.
Lo cierto es que Salerno lo vimos prácticamente en una mañana. Aunque pasábamos todas las noches allí, casi siempre estábamos por fuera de ruta. Así que en total de turisteo estuvimos un día completo, si sumamos el primer día y el segundo que fuimos. Nos hubiera gustado dedicar más tiempo a Salerno, porque la verdad es que se comía genial. Es una ciudad costera muy llamativa, muchos grafitis decoran la ciudad. Pero es una mezcla constante entre los nuevo y lo antiguo que se conserva. Y ya les digo, una ciudad con mar vale por mil. Quizás uno de los lugares que más me impresionó fue la Catedral, en italiano el Duomo. Entre la estética y lo diferente a otros que había estado, fue amor por primera vista.
Para mi Salerno es una de esas ciudades en las que tienes que perderte, dejarte llevar con ella. Recorrer cada una de sus calles y disfrutar de su ambiente, de su colorido, de las obras de arte que decoran sus paredes. Pero como sé que mucha gente (en las que me incluyo) les suele gustar tener una lista de sitios imprescindibles que ver, pues allá vamos:
Viajar es siempre una aventura y que mejor forma que para cerrar la mañana tan bonita que tuvimos que irnos a comer. Tras buscar en Internet y por las callejuelas, Montse encontró el lugar perfecto La Osteria Nonna Maria. Un lugar precioso, me quedé enamorada de los platos, una fantasía. Y la comida, dios, ya les digo tienen que ir a Salerno y a este lugar. Pagamos menos de 10 euros por cabeza creo. Pero es que se come de bien, que vamos como si pagábamos 20.
Nuestro viaje por Salerno llega a su fin y solo podemos esperar que les gustara y disfrutaran tanto como nosotras. Así que no se pierdan nuestras aventuras y la de nuestros viajeros que cada semana vamos sacando. Nos vemos pronto y ya saben nunca dejen de viajar, crecer, crear y descubrir.