Peel, por el otro lado, me gustó muchísimo por la playa grande que tiene las ruinas de un castillo en el fondo y, también, el paseo por las colinas con vistas bellas y el House of Manannan. Este museo es verdaderamente interesante, mientras que el Manx Museum es un museo más tradicional y menos interactivo. Douglas, no obstante, es una ciudad muy bonita con un paseo marítimo hermoso y edificios victorianos magníficos que muestran la riqueza de la Isla de Man. Por eso, supongo, que me resultó un poco difícil encontrar restaurantes buenos y económicos.
El tercer día dediqué mi viaje por Peel y Ramsey primero a una excursión a pie. Y luego a una visita breve a Ramsey, en el norte – otro pueblo bonito con una playa grande, casas victorianas y un puerto para recordar. En la oficina de turismo me informaron de las posibles rutas y decidí caminar por el Marine Drive, una ruta bellísima que te lleva primero por el interior de la isla, por delante de una real fairy bridge, y de vuelta a lo largo de una carretera costera sin tráfico. Creo que esta parte fue la que me gustó más de todo el viaje. Y no solo por el tiempo estupendo que me acompañó durante casi todo el día.
Por supuesto, mi recomendación para este tipo de excursiones son unos buenos zapatos. Fueron absolutamente necesarios, porque quedaban muchísimos charcos en los caminos en medio del campo. El paisaje es muy similar a Irlanda y las otras zonas costeras del Atlántico, pero en muchas partes de Irlanda es casi imposible pasear sin rumbo por el campo por el tráfico y el diseño de las carreteras. Así que me encantó poder gozar de la naturaleza de nuevo sin tener que preocuparme demasiado por el tráfico y la ruta. El camino además estaba muy bien señalizado por lo que nunca me sentí perdido.
A pesar del tiempo y del comienzo caótico de este viaje, la Isla de Man me gustó muchísimo por el paisaje verde hermoso, la gente servicial y amable y esa combinación de cultura céltica e inglesa. Aunque me gustó mucho sentirme como el único turista en toda la isla, quiero volver durante la temporada alta para poder participar en todas las actividades turísticas posibles. Por ejemplo, tengo muchas ganas de subir a la montaña más alta, el Snaefell, en un ferrocarril de cremallera y me encantaría coger un ferri en vez de un avión.