Todos los caminos llegan a Roma

5 años ago
Itziar Abaurrea Fernandez
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Roma: città eterna

Como todo el mundo dice…todos los caminos llegan a Roma y, ¡cuánta verdad!. Vayas dónde vayas siempre vas a terminar encontrando lo que buscabas. Lo primero que debes saber es que es una ciudad muy grande y muy empedrada así que prepara tu mejor calzado para una larga jornada de turismo.

Mi experiencia personal fue maravillosa en Roma. Fui a ver a mi amiga, Andreína, que estaba allí de Erasmus y me enseñó todos los rincones y monumentos importantes. La época en la que fui fue noviembre y desde mi punto de vista fue la mejor porque no hacía nada de frío, es más incluso nos llegamos a asar un poquito pero, mereció la pena porque con buen tiempo, ¡todo se disfruta mejor!. Aunque también debes de saber que anochece bastante pronto, sobre las 17:30 o así.

Comienza la aventura

Yo fui de martes a domingo. El primer día, nada más llegar, nos fuimos por la noche a ver el Colisseo, el foro Romano por fuera, la Plaza Venezia. Y, terminamos viendo la Fontana di Trevi que eso fue espectacular, la recordaba cuando fui años atrás pero verla por la noche fue todo un espectáculo. Obviamente no pudo faltar tirar una moneda en ella y pedir un deseo, ¡a ver si se cumple! 😉

El segundo día, me adentré yo sola por la mañana a ver todo el Vaticano. Las entradas las llevaba ya compradas desde hace semanas, todo por internet, para no esperar colas (en la web oficial las podréis encontrar sin problemas). Andreina me acompañó al punto de encuentro y ya allí los guías te llevan hacia la entrada para que sepas por donde hay que entrar y una vez que pasas el control ya puedes verlo tranquilamente. Fue una de las mejores experiencias que he vivido, el verlo y descubrirlo sola lo recomiendo muchísimo porque es ir viendo arte por todas partes y disfrutarlo solo fue también un descubrimiento para mí misma. De vez en cuando viene bien tener ratitos a solas en Roma.

Roma: Una ciudad que te sorprende

Cuando entres tienes que saber que hay dos pantallas en la entrada con dos tipos de recorridos, yo elegí el de la izquierda ya que terminaba la visita viendo la Capilla Sixtina y menos mal que lo elegí porque no me dio tiempo a ver la otra parte del cartel de la derecha. Tienes que tener en cuenta que son muchísimas salas y todas llevan su tiempo. Lo mejor fue también encontrarme por sorpresa con, ¡un cuadro de Dalí!.

La sala de los mapas es espectacular, todo el techo está lleno de formas y ornamenta en dorado o pan de oro imagino y es increíble ver toda la sala llena de eso. Ve preparándote para tener dolor de cuello porque cuando llegas a la capilla Sixtina ¡eso ya es otro nivel de altura!. Cuando entras tienes que saber que no se pueden hacer fotos pero la gran realidad es que todo el mundo las acaba haciendo, escondiéndote detrás de alguna persona y poniendo el móvil abajo y medio tapado es una buena opción pero, ¡qué conste que yo no te he dicho nada eh! 😉

Allí te puedes tirar también horas observando cada dibujo así que si eres ágil podrás conseguir sentarte en las zonas de los bancos que siempre están llenas.

Después de esta visita fuimos al barrio de Trastévere, visita obligatoria porque es un barrio de contrastes donde ves mezclas de grafitis o dibujos con calles estrechas y llenas de vegetación. Puedes aprovechar la visita comiendo o cenando por allí porque es realmente barato, por 6€ más o menos has comido de menú y todo muy bueno.

Por Itziar Abaurrea

Autor: Itziar Abaurrea Fernandez

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