Este viaje surgió a trompicones porque es de esas aventuras que parecen que nunca van a suceder. Entre la época en la que estaba terminando la carrera, la llegada de la pandemia, los trabajos que van y vienen… Todo hizo que ese viaje que tanto esperábamos parecía que nunca iba a darse. Pero al final todo se alineó y conseguimos viajar a Oporto. El primer destino de los tantos que nos esperaban en esta ruta portuguesa.
Y es que quizás este sea uno de los viajes más especiales que he hecho en mi vida, ¿por qué? Pues por quién fue la que me acompañó: mi querida madre. Fue la persona que lo hizo posible y que salió casi con un b1 de portugués. Así que tras esta experiencia tan bonita por Oporto, no podía dejar de compartir algunos de los recuerdos y lugares tan bonitos que recorrimos. Y también, lo mucho que aprendimos. ¿Te vienes de ruta? Coge papel y boli que aquí se viene este artículo perfecto para tu próximo viaje.
Como a mi me encanta siempre empezar los post con un poquito de historia, te traigo un dato curioso. Y no, no es sobre el vino de Porto, que sí es uno de los más famosos del mundo, y como diría mi familia “un vino peleón”. Con dos copitas de este, ya tienes la fiesta. Pero no, ahora nos vamos a concentrar en el nombre de Portugal.
Pero antes de contarles sobre el nombre de la ciudad. Me gustaría que conocieras el gentilicio de sus pobladores es conocido como portuense tripeiros. Si la fundación de Lisboa se le atribuye a la leyenda de Ulises, Oporto no es menos, y es por ello que se relaciona con la historia de Cale, uno de los argonautas de Jasón.
¿Y por qué te cuento todo esto? En teoría, si vas a la estación de S. Bento, hay un panel de azulejos al que tienes que mirar bien. Ahí representan al navegante Enrique que fue a marchar a conquistar Ceuta en el siglo XV. Este joven se llevó la carne mientras que las tripas sobrantes sirvieron para alimentar a la población de Oporto. De ahí en teoría viene el nombre de triperos un poco en honor a este momento y al famoso plato “as tripas à moda do Porto”.
¿Te suena el nombre de “Portus Cale”? Justo este nombre es de donde viene el nombre del país: Portugal. Esto se debe a que antiguamente Oporto se llamaba Cale (como te comentaba antes de las leyendas) y era una pequeña aldea celta que desembocaba en el Duero. Por su ubicación, a posteriori se le añadió el término “puerto”, que es portugués es Porto.
En teoría, el nombre lo designaron los romanos. Como dice el emblema de la ciudad “a muito nobre, semper leal e invicta ciudades do Porto”, que en español sería “la muy noble, siempre leal e invicta ciudad en el puerto”. Aunque hoy en día está la duda de si se dice Oporto o Porto esto dependerá si lo quieres decir en la versión portuguesa “Porto” o como dicen en España Oporto (aunque en la práctica esto viene más del inglés tradicional).
Algo obligatoriamente en tu ruta por Oporto es probar sus platos típicos. Muy atento a sus horarios si vienes desde España, ya que siguen los horarios europeos a la hora de comer. Además, un consejo que te doy es visitar Blai, ya que es la zona perfecta para comer o para comprar algún recuerdito al otro lado del puente. ¿Qué platos te recomiendo? Aquí te dejo un listado de algunos de ellos.
Quien me conoce bien, una de las cosas que me encanta cuando viajo es ir a las librerías de la zona. Muchas veces aprovecho las de segunda mano para darle una nueva vida a los libros. Y también suelo ir a estas para conseguir revistas del National Geographic. Por eso no podía ir a Porto sin visitar La librería Lello. ¿Sabías que tiene 118 años desde que se creó?
Yo recomiendo coger la entrada lo antes posible para entrar más rápido. Si la compras con antelación vas por una cola rápida. Aunque siempre hay gente, demasiada para mi gusto, no quita lo preciosa que es esta librería. Incluso, podrás encontrar libros de Fernando Pessoa en portugués y en casi todos los idiomas que te puedas imaginar. Además de ediciones especiales. Otra curiosidad, con tu entrada tienes el descuento para comprar un libro, así no solo disfrutas de un entorno único, sino que también te llevas un recuerdo precioso.
Otro que suelen recomendar es El café Majestic, te ayudará a viajar a los años 20, ya que se fundó en 1921. Un entorno realizado bajo la visión del gran arquitecto João Queirós, generó una cafetería estilo parisina con un gusto elegante que se ve reflejado en todos los detalles. Incluso, en los años 60 fue considerado como “edificio de interés público” y “patrimonio cultural”.
Aquí te dejo una súper ruta de sitios que puedes visitar en Oporto que me preparé un recorrido enorme para hacer con mi madre. Como puedes observar hay muchísimo para conocer en Oporto a nivel arquitectónico y también de museos. Pero lo que yo siempre recomiendo es perderse por sus calles históricas, no solo ir a los turísticos, disfrutar de lo local y poner nuestro granito de arena siempre con respecto a sus habitantes.
Aunque Portugal a mi me enamoró desde el minuto uno, es cierto que hay ciertos lugares de Oporto que me robaron el corazón. Por eso aquí te dejo algunos de mis tops:
Antes de terminar el post te queríamos presentar la Porto.Card. Tras leer varios post siempre nombraban esta tarjeta y ya les digo, nosotras le dimos un uso impresionante, sobre todo a nivel de transportes públicos y de museos. Tiene muchísimos descuentos, y de verdad, que a diferencia entre tenerla o no, vamos te la recomiendo mucho. Te dejo por aquí el enlace.
Aquí a modo spoiler, te dejamos nuestro segundo destino: Aveiro. Un lugar conocido como la pequeña Venecia de Portugal. Espero que este post te gustara y todas las dudas que tengas de nuestra ruta nos puedes preguntar para así poder echarte una mano en tu ruta. También si quieres saber más sobre la Porto.Card podemos hacer un artículo hablando tanto de esta como de la que cogimos en Lisboa.
Este post se acaba, pero la ruta solo acaba de empezar. Como cada semana, agradecerte tu apoyo a cada uno de nuestros artículos, y si conoces a alguien que les puedan ayudar, no te olvides de recomendarnos, Never Unpack es posible gracias a ti.
Nos vemos en el próximo viaje, y recuerda, nunca dejes de viajar, aprender de cada destino que conoces, de descubrir nuevos lugares siempre con respeto hacia las personas que viven allí apoyando su cultura y economía local. ¡Hasta la próxima mi niño y mi niña!