Comienza nuestra ruta gallega con primera parada en Santiago, y aunque el tiempo y el hostal no acompañó, es que Galicia es tan bonita que las penas se te olvidan. Allí estaba yo, a punto de irme a Vigo, mi segunda parada oficial, con un rebujó de nervios. Y es que hay que recordar que estábamos aún con el volcán y todo lo que ello suponía. Y siendo sincera, poder desconectar unos días, no sabes cuánto lo agradecí. Sobre todo, me gustaría agradecer a mi guía de Vigo, Fernando mi mentor en fotografía y aventuras. Y a el Dimi en Coruña y mi Álvaro maravilloso que, gracias a estas personas tan bonitas, hicieron mi primer viaje sola único e inolvidable.
Hay varias alternativas para ir. Tanto con Alsa como compañías de allí si quieren ir en guagua (autobús), tienes diferentes rutas y son muy económicos. También con Amovens o Blablacar si lo que prefieres es compartir coche e ir más rápido. O incluso, hacer como la ruta del Camino de Santiago, y tener una aventura mayor por la naturaleza. Sin embargo, yo opté por la más rápida: el tren. Y fue un recorrido precioso. Pasas por diferentes pueblos en tu ruta y de repente te ves a la majestuosa Pontevedra, lo tengo más que apuntado volver para visitarla. Tardas muy poquito en llegar a Vigo y a mi me salió muy económico.
Creo que de las cosas que más me gustaron en Galicia fue comer. Tiene unos paisajes y una gente adorable. En cada sitio que iba me sentía como en casa de lo bien que te tratan la verdad. Pero es que incluso, ya cuando prueba su gastronomía, es que es de morirte. Y ojo, yo no soy la persona que más pescado como, vamos mi familia estaba sorprendida conmigo. Entre el pulpo a la gallega, los camarones, el pescado… Es que cada plato que probaba más rico y apetitoso era todo. Y como Fernando sabe que amo el mar, aprovechamos a ir al Bar del Puerto.
En este bar disfrutarás de unas vistas únicos y luego podrás bajar la comida por el paseo marítimo teniendo de fondo las Islas Cíes, ¿qué más necesitamos para ser felices? Yo como buena aventurera no podía desaprovechar la oportunidad para darme un buen remojón en el agua. ¡Y qué fría estaba! Mira que siempre la gente se queja de Canarias, pero les digo que la de esa zona tampoco es que fuera precisamente caliente.
En esta zona una cosa que me llamó la atención fue la Isla de Toralla. Está en la costa sur de la ría de Vigo, a unos 400 metros de la playa del Vao y muy cerca al restaurante que fuimos. ¿Sabían que es la única isla privada con acceso restringido en Vigo? Aunque se llevan años intentando que la entrada sea libre, aún no se ha conseguido. Es todo un enigma lo que pasa en ella, ¿qué opinan sobre que no se pueda visitar ni acceder si no eres residente allí?
Y es que el nombre de el Banco más bonito de Europa seguro que les sonará del reportaje que sacó el National Geographic y creo que en Traveler por lo que me comentó. Fernando sabe muy bien mi ilusión por el trabajo de los grandes periodistas y fotógrafos de esta histórica revista, entonces me sorprendió con esta aventura en la que casi perdimos un pulmón. Primero quiero comentarte que Google Map en esta zona se vuelve un poco loco. Segundo, es un paisaje maravilloso, pero ojo, lleven zapatos deportivos para subir, porque el desnivel se las trae consigo.
Tras unos 20 minutos o quizás un poco más de caminata cuando creen que ya no pueden más llegarán a la zona más alta de la montaña. Oculta entre unas grandes rocas, se encontrarán con una de las mejores vistas de Galicia que podrán disfrutar en el banco más famoso y que creo que más raramente colocado he visto en mi vida. Sin lugar a duda, el cansancio mereció la pena por ver a una parte Vigo, a otra Pontevedra y demás. Y se encuentra justo en Cedeira (Redondela).
Tras la búsqueda imposible de un aparcamiento y recorrer las grandes cuestas de la ciudad, encontramos un sitio muy chulo para merendar que se llama Yemaya. Yo como buena señora que me encanta el dulce me pedí unas tortitas que estaban riquísimas, mientras Fernando tomó un té con leche que no le convenció para nada. Eso sí, el dulce a los dos nos encantó. Y el sitio es super bonito, tenía en las paredes ilustraciones de flores y todo super instagrame . De ahí fui a ver el centro comercial y aproveché para comprar alguna cosilla y descansar. El Centro Comercial Vialia Vigo, es precioso por dentro y tiene de todo, la verdad. Sobre todo, de cara a los niños, tenía diferentes actividades vinculadas con el mar y su fauna.
Para finalizar el día aprovechamos a pedir una hamburguesa en un sitio famoso de Vigo. Sin embargo, no sabemos bien qué pasó que nos cancelaron el pedido en último momento. Entre los dos que estábamos muertos, nos salvó el Goiko que estaba super rico como siempre. Ahora nos toca dormir y mañana seguimos a por más.
A mi que me encanta perderme por las calles y dar vuelta, Vigo fue todo un descubrimiento para mí. Por eso aproveché a ver los puntos centrales de la ciudad. Y una de las curiosidades fue que existen rutas por Julio Verne. El escritor la visitó dos veces, pero antes a ella, ya sentía un amor muy fuerte por la ciudad. Incluso, antes de ir ya había situado en su bahía un capítulo de una de sus principales obras: Veinte mil leguas de viaje submarino. Si te encanta la literatura también podrás disfrutar de grandes rutas de autores contemporáneos como Domingo Villar. Y también de Otero Pedrayo o Álvaro Cunqueiro.
Cosas que ver:
Nuestro tiempo por Vigo se acaba, pero es una ciudad de esas que te roban el corazón. Espero pronto poder volver y conocer algunos sitios como las islas que me quedé con tantas ganas de ver. Para terminar nuestra ruta acabamos desayunando en Mi dulce Eli, que estaba riquísimo y yo a aproveché a ver todo lo que pude que les mostré anteriormente. ¡Ya quiero volver! Pueden seguir todos nuestros viajes y consejos en nuestras redes sociales. Y recuerden, nunca dejen de viajar, descubrir, aprender y disfrutar.
Hola Andreina nos gustó lo que estás haciendo te esperamos en Marruecos para enseñar ti la belleza de nuestro país y el mejor desierto en el mundo con un paseo de camellos.
¡Espero pronto irnos de aventura por Marruecos! Y mil gracias por apoyarnos en nuestro trabajo, un abrazo
[…] aprovechar, merecía más el tren. Así que tocó madrugar para aprovechar lo que nos quedaba por Vigo y preparar todo para la ruta en […]