Día 4: Philae y traslado a El Cairo

2 años ago
Yaiza García García
471

Conociendo Philae

La mañana comenzaba con una excusión a uno de los templos más bonitos, el templo de Philae. Su ubicación ya es en sí, peculiar, ya que está situado en una pequeña isla a la que solo puedes acceder en barcas. La realidad es que también fue uno de los afectados por la construcción de la Presa de Aswan, quedando sumergido bajo sus aguas, por lo que fue trasladado a esta nueva localización. Todo un acierto, en mi opinión.

Sin embargo, el templo no se encuentra en perfecto estado de conservación, ya que muchos jeroglíficos fueron destruidos por parte de los cristianos, picando los rostros e imágenes en muchas columnas de la estructura arqueológica.

Una historia de amor única en Philae

Pero, ¿qué tiene de especial este lugar? Se trata de una historia de amor. Se cuenta que el rey Osiris fue asesinado por su hermano Seth, esparciendo sus restos por todo Egipto. Sin embargo, Isis no se conformó con la muerte de su marido y decidió buscar sus restos, refugiándose en este templo para reconstruirlo. Se dice que el templo de Philae es donde las lágrimas de Isis formaron el río Nilo tras la muerte de su hermano, marido y amado Osiris.

Finalizado el tour por los templos más famosos de Egipto y, tras haber acariciado una media de 20 gatos por cada uno. Tocaba volver a la motonave y ponerle fin a esta primera parte del viaje. Pusimos rumbo al aeropuerto con destino El Cairo. Y creedme cuando os digo que, si Aswan ya nos parecía una ciudad caótica, la capital era una completa locura.

Un no parar

El tráfico era un “sálvese quien pueda” continuo, sin semáforos, sin carriles marcados, 4 personas montadas en una moto, carros tirados por un burro, todo mezclado sin ningún tipo de seguridad o norma. Mis respetos a los conductores egipcios. Pero también a los peatones, porque si no hubiese sido por el guía, os confirmo desde ya que no habría sido capaz de cruzar una calle sin morir en el intento.

A modo anécdota, uno de los mejores momentos de ese día, sin duda, fue cuando de camino al hotel vimos a una vaca ENORME subida en un mini camión en un atasco. Hasta ahí todo bien, pero de repente decidió levantar el rabo y le cagó encima a un viandante!!!!!!!!!! El cachondeo estuvo asegurado el resto del viaje después de esto.

Llegamos al hotel vivos, pero muy cansados, ya que el tráfico nos hizo llegar 2 horas más tarde. Pero os confieso que estaba tan nerviosa por lo que se venía al día siguiente que no había cansancio que pudiese con la ilusión. Todavía nos quedaba por ver uno de los monumentos más famosos del mundo: las pirámides.

Autor: Yaiza García García

Deja una respuesta