Y quizás a lo improvisado. Y quizás piensen que Córdoba no sea la mejor idea en agosto. Pero ya les digo, aquellas ideas que empiezan con todo contra corriente, a veces son las mejores. Este viaje surgió un poco así, junto a miles de imprevistos que lo harían único. Si es que ir de aventura por Andalucía siempre es un acierto. Y Córdoba, tranqui, volveremos pronto.
Desde mis amigos, compañeros de trabajo, familia, e incluso el taxista, pensaron que estábamos locos por visitar Córdoba en pleno agosto. El calor inunda la hermosa Andalucía y lo normal es ir a zonas costeras como Málaga, Cádiz, etc. Pero no, para nosotros era mejor ir ahora porque nos libraríamos de las llegadas masivas de turistas, disfrutaríamos del relax de las calles y, ¿para el calor? Piscina. Solucionado.
Queríamos un viaje “cerca”, barato y que pudiéramos disfrutar un fin de semana aproximadamente sin prisas y con calma. Así que el 6 de agosto empezaba nuestra aventura en la Estación de Autobuses de Méndez Álvarez. Tras un par de horas llegaríamos a la estación de Córdoba y su calor. En nuestra defensa, debemos decir que tuvimos mucha suerte, ya que una semana después de nuestra visita llegaría una ola de calor insoportable de la que nos libramos de milagro.
Desde la estación nos fuimos en taxi a nuestro hotel que se llama Hotel Averroes y el taxista nos fue explicando datos curiosos de la ciudad, cómo llegar a los principales monumentos, cómo combatir el calor, etc. En cuanto al hotel, lo cogimos por la cercanía al núcleo histórico de la ciudad, por su precio y por tener piscina. Para dos noches, una habitación de dos personas nos salió unos 92,34 euros. Y la verdad que merece mucho la pena. Tras hacer el check-in nos fuimos a comer al Centro Comercial El Arcángel porque la mayoría de los bares y los restaurantes tenían cerradas las cocinas cuando llegamos a Córdoba.
Haciendo caso al consejo del taxista aprovechamos la tarde de calor para darnos un pequeño chapuzón y luego empezar nuestra ruta por Córdoba. Lo bueno de los viajes en verano es que los días duran más y por lo tanto es mucho más fácil ver muchos lugares en poco tiempo.
Nuestra primera parada, justo de frente del hotel, nos topamos con La Antigua Iglesia y Asilo de Madre de Dios para irnos dirección la Calle Agustín Moreno. En esta calle tienen la Taberna Epora que tiene muy buenas recomendaciones y de precios es muy económico por si quieren cenar allí.
Lo cierto es que la Calle Agustín Moreno está muy bien porque en línea recta dirección a la Calle Don Rodrigo y Calle Lineros hasta la Calle Cardenal González llegas a la Mezquita de Córdoba. Y, además, pasas por la Hermandad María Santísima en su Soledad, La Parroquia de Santiago y el Convento de Santa Cruz entre otros.
Hay que tener en cuenta que por el calor hay muchos lugares que tienen un horario reducido, ya que no hay tanto turismo en agosto y salir antes de las 19:00 horas es morir de calor. Una ventaja es que las heladerías por ejemplo están hasta las tantas abiertas, algo que nos sorprendió y nos ayudó a superar el calor. Así que nuestro consejo: aquello que quieran visitar sí o sí, miren bien los horarios. En función de eso será más rápido hacer vuestra ruta.
El camino que les proponemos es por la calle de Agustín Moreno. Justo al empezar, en una de las paralelas, se encuentraran con la Casa de las Campanas, solo que nosotros no fuimos porque estaba cerrada. Pero si quieren ver las famosas casas con balcones colgantes de Córdoba les recomendamos visitar la Calle de San Basilio. Está llena de patios típicos y también está cerca del Alcázar y de la Torre de Belén. Tranquilos, les contaremos más de este en nuestro próximo post.
Nuestra ruta se desvió camino a La Plaza de la Corredera que es del siglo XVII y que constituye parte del centro histórico de Córdoba. Un dato interesante es que esta ciudad tiene uno de los centros históricos más grande de Europa según nos contó el taxista que conocimos el primer día. Antes de llegar a esta pasamos por la Basílica de San Pedro y por la Hermandad del Socorro.
De ahí aprovechamos para ver el Templo Romano que se encuentran en medio de la ciudad y justo al lado del Ayuntamiento de Córdoba. Siguiendo el camino de frente encontrarán la Iglesia San Pablo que tiene una fachada preciosa y que les recomendamos ver. Respecto al Templo Romano fue descubierto en 1951 cuando fueron a ampliar el ayuntamiento. Y no es el único templo romano que existió en Córdoba, veremos algunas ruinas que se mantienen en la actualidad en el museo arqueológico. Además, en el 2007 El Templo Romano fue declarado Bien de Interés Cultural.
Continuamos nuestro paseo por Córdoba perdiéndonos por sus hermosas calles hasta llegar al Campo de Merced Molinos. Estos preciosos jardines nos llevarían camino al Palacio de la Merced, un antiguo convento de la Merced Calzada y declarado en el 2008 Bien de interés cultural. Para terminar nuestra ruta del primer día visitaríamos la Torre de la Malmuerta para después ir a tomar algo y picar tapas de las buenas en La Bendita Locura (barato y muy rico) y después fuimos a por un helado en La Flor de Levante (de los mejores que he comido en mi vida).
No queríamos despedir la noche sin antes visitar el Puente Romano de Córdoba y pasear viendo las luces que envuelven la mezquita y esta hermosa ciudad. La suerte una vez más nos trajo una exhibición de flamenco que fue el broche perfecto para cerrar la noche. Aún nos queda mucho por ver en Córdoba, esta es sola la primera parte. Y recuerda, puedes seguir nuestras aventuras en nuestras redes sociales. Viaja, conocer, descubre y, sobre todo, crea recuerdos únicos. Gracias lector/a.
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