Creo que este post le tengo tanto cariño porque es sobre una de mis épocas favoritas del año, EL CARNAVAL. Este año al de Venecia. Sin lugar a dudas, como buena canaria, cuando llega el carnaval se siente en vena pura. Es un sentimiento de alegría, de euforia, de felicidad. Por eso, creo que para mi era tan importante poder ir al carnaval de Italia. En concreto, al carnaval de Venecia. Así que sigue leyendo, que fue toda una experiencia.
¿Cómo fuimos?
En esta ocasión no me compliqué mucho, ya que por amigos italianos ya sabía que, si queríamos ir por nuestra cuenta, teníamos que tener todo ya reservado. Y, sobre todo, que iba a ser muy caro, tanto comer como hospedarnos. Y mejor no hablar de como llegar. Era una locura los precios. Así que, tras mucho pensarlo, con una amiga del Erasmus, nos unimos a uno de los viajes organizados de la ESN.
Estaba todo incluido, creo que pagamos unos 200 euros con casi todo incluido, excepto alguna comida. Pero estaban incluidas, discotecas, viaje a Verona, Venecia y Padua, etc. Así podía disfrutar de otros lugares y conocer el carnaval italiano. Inconvenientes, quizás el retraso por las guaguas y tener que ir en guagua (autobús). Pero el viaje fue impresionante. Conocimos a un montón de gente. Vimos cosas muy diferentes a lo que es para mi el carnaval. Y también nos quedaba un poco de tiempo para conocer las ciudades. Incluso pude ver a algunos amigos italianos en el viaje.
¿Cómo es Venecia en carnaval?
Era un sinfín de gente, pero la verdad, es que vayas cuando vayas, Venecia siempre está pleno de turismo. En un año fui tres veces y, les puedo asegurar, que, en cada una de ellas, siempre Venecia estaba repleto de gente.
Creo que lo más que me gustó de esta ves que fui era ver como el carnaval inundaba las calles. Fuimos de los últimos fines de semana fuertes del carnaval, dónde se hacía uno de los desfiles principales. Eran impresionantes los disfraces. Según nos contaban, muchos de ellos eran preparados durante años para poder presentarse. Era una especie de concurso que no parecía acabar en la Piazza San Marco. Color, alegría, gran ambiente… Una atmósfera perfecta que inundaba la ciudad. Incluso nos dio tiempo de poder recorrer la ciudad.
Pero sin lugar a dudas, lo mejor del carnaval fue al llegar la noche. Se llenaba de gente disfrazada. Mucha fiesta en la calle me recordaba a Canarias, pero a la vez no tenía nada que ver. Desde conciertos en la calle de bandas que cantaban canciones que conocíamos en España, pero versionadas al italiano, hasta dj. Lo único malo, es que, por ejemplo, las fiestas en club terminan muy pronto. En comparación con España. Ya que estamos habituados a que la fiesta siga hasta mínimo las 6-7 de la mañana. En cambio, en Italia, suele acabar muy pronto. Sobre todo, en el norte. Aún así, fue una experiencia mágica, pero una cosa es seguro, me sigo quedando con nuestro carnaval canario.
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